Lucie nació en Meux (Bélgica) en 2004. Empezó a escalar a los 6 años en un rocódromo cerca de Namur. En cuanto empezó a escalar supo que eso era lo que quería hacer. "En mi familia no hay escaladores. Descubrí este deporte por pura casualidad", dice. "Me siento afortunada de haber encontrado mi pasión tan joven".

Rápidamente se apuntó a competiciones y descubrió la escalada en roca en Freyr, la escuela más famosa de Bélgica. En 2017 se convirtió en miembro del equipo belga de escalada y empezó a competir en competiciones internacionales juveniles. Poco después, subió al podio en copas europeas y ganó su primera competición internacional en 2021.

Aunque estaba enfocada en las competiciones, no rehuyó la escalada en roca. A los trece años se fue de viaje a Siurana, donde encadenó una de las vías más famosas de la zona, Kale Boroka (8b+). "La escalada me permite vivir experiencias increíbles, descubrir lugares mágicos y conocer a gente de todo el mundo", afirma.

Aunque se considera una escaladora de deportiva, Lucie también disfruta escalando en boulder. Actualmente se está preparando para su próximo objetivo, los Juegos Olímpicos. Lucie combina los entrenamientos y las competiciones con la escalada en roca porque le ayuda a encontrar un equilibrio en la escalada.